De un chico a sus padres adoptivos potenciales:
Mi mama, nos abandono a mis hermanos y a mí. Se fue al interior con un hombre y nunca más la vimos. Cuando tenía 4 años pedía monedas en la calle, ella me esperaba en la esquina, y la plata que juntaba se la daba. A veces conseguía poco, se enojaba y me agarraba a palos.
Me acuerdo un día que me guarde unas monedas, que cagada a palos me dio!. Encima pasaba hambre, nunca alcanzaba la comida para todos los hermanos. La casa era chica, dormíamos amontonados, algunos en el piso porque teníamos pocos colchones.
Yo ya no aguantaba mas, tener que levantarme temprano para ir a pedir a la calle y que no me quede nada de plata, porque tenia que dársela a mi vieja. Se la gastaba ella sola.
Y de una día para el otro conoció un tipo, andaba para todos lados con él.
Una mañana me levanto y no la veo por ningún lado, entonces con mis hermanos nos fuimos de la casa.
Ahora estamos en una plaza, conseguimos unas chapas y tenemos por lo menos un reparo para pasar las noches. Para poder comer limpiamos vidrios en una esquina diferente cada uno. Nos peleamos a veces con las personas que no quieren que le toquemos el auto, y con los que no nos dan monedas. Pero juntamos algo de plata por día y nos mantenemos como podemos.
Nadie nos saca nada, tenemos libertad que no teníamos en casa, no nos pegan. Por eso vamos a seguir estando acá, no le quiero deber nada a nadie, poder mantenerme yo mismo y a mis hermanos. Para tener una mama como la que tuve prefiero no tener nada. No quiero ser adoptado, ya se lo que es tener una familia y no es lo que estoy buscando. Me siento bien como estoy y en donde estoy.
Quiero decidir por mi mismo, hacer lo que quiera y lo que consiga que sea para mi. Me se cuidar porque la calle te pone a prueba todo el tiempo, peliando con pibes de mi edad o personas que pasan por el lugar que me miran y tratan mal como si yo fuera un chorro. Yo tengo claro que aca nadie te da nada, todo cuesta, pero quiero seguir viviendo y sobreviviendo como me dejó mi mama, solo.
viernes, 24 de septiembre de 2010
lunes, 6 de septiembre de 2010
Carta argumnetativa.
Domingo 5 de agosto de 2010
Querida familia:
Quiero ir a la escuela, jugar en la plaza como todos los demás. Saber que cuando tenga hambre voy a tener un plato de comida, cuando tenga un problema un oído va a estar ahí para escuchar y aconsejarme. Deseo poder sentir el calor de hogar, ser un chico que corra por el jardín sin obligaciones ni peligros.
Dejar atrás la calle, es lo que quiero. Es un mundo muy cruel, se aprovechan de la inocencia del niño. Estoy expuesto a situaciones que no estoy preparado para vivir.
Por eso yo tengo la ilusión, de que alguien, se fije en las condiciones en las cuales vivo a diario, y me brinde su cariño y protección. Necesito personas al lado que me guíen por el buen camino. Lo que estoy pidiendo es tener padres, que se ocupen de mí y que forme parte de una familia.
En ella busco la felicidad, dejando de lado el sufrimiento de estar solo en la vida, para compartir momentos junto a ellos, sintiéndome querido y tenido en cuenta de una vez por todas.
Se que no depende de mi, sino de ellos que tomen conciencia y estén preparados para educarme y quererme como cualquier niño merece y que no les pongan trabas en el medio para poder ser parte de su familia.
PD: a las autoridades les pido que piensen en mi situación y me den la oportunidad de tener una familia.
Juan.
Querida familia:
Quiero ir a la escuela, jugar en la plaza como todos los demás. Saber que cuando tenga hambre voy a tener un plato de comida, cuando tenga un problema un oído va a estar ahí para escuchar y aconsejarme. Deseo poder sentir el calor de hogar, ser un chico que corra por el jardín sin obligaciones ni peligros.
Dejar atrás la calle, es lo que quiero. Es un mundo muy cruel, se aprovechan de la inocencia del niño. Estoy expuesto a situaciones que no estoy preparado para vivir.
Por eso yo tengo la ilusión, de que alguien, se fije en las condiciones en las cuales vivo a diario, y me brinde su cariño y protección. Necesito personas al lado que me guíen por el buen camino. Lo que estoy pidiendo es tener padres, que se ocupen de mí y que forme parte de una familia.
En ella busco la felicidad, dejando de lado el sufrimiento de estar solo en la vida, para compartir momentos junto a ellos, sintiéndome querido y tenido en cuenta de una vez por todas.
Se que no depende de mi, sino de ellos que tomen conciencia y estén preparados para educarme y quererme como cualquier niño merece y que no les pongan trabas en el medio para poder ser parte de su familia.
PD: a las autoridades les pido que piensen en mi situación y me den la oportunidad de tener una familia.
Juan.
lunes, 30 de agosto de 2010
Proceso de escritura del proyecto narrativo.
Cuando me entere del proyecto narrativo, tuve desde el principio la idea de escribir una Crónica, ya que me siento más cómodo con este genero. Elegí ser un viajero que visitaba la ciudad de Mercedes, y describir sus lugares tradicionales. Al principio dude de cómo hacer para extrañarme en una ciudad que conozco tanto, leí una crónica de una compañera que curso años anteriores, y me dio el puntapié para comenzar.
En la semana del 13 de julio empecé a escribir y subí la primera versión. Para relatar la crónica, tome como referencia a Caparros y sus crónicas de Misiones.
En la devolución me advirtieron que en lo que había escrito abundaba la información, y carecía de narración. Para la reescritura volví a leer Caparros y preste atención en la manera que encara el viaje.
En la segunda versión, que elabore en la semana del 23 de agosto, lo primero que hice fue ampliar en la descripción, y suprimí la información, que en algunos párrafos abundaba, haciendo perder el sentido del viaje.
Esta última versión que escribí se acerca creo a lo que es una crónica de viaje, y no una guía de turismo.
En la semana del 13 de julio empecé a escribir y subí la primera versión. Para relatar la crónica, tome como referencia a Caparros y sus crónicas de Misiones.
En la devolución me advirtieron que en lo que había escrito abundaba la información, y carecía de narración. Para la reescritura volví a leer Caparros y preste atención en la manera que encara el viaje.
En la segunda versión, que elabore en la semana del 23 de agosto, lo primero que hice fue ampliar en la descripción, y suprimí la información, que en algunos párrafos abundaba, haciendo perder el sentido del viaje.
Esta última versión que escribí se acerca creo a lo que es una crónica de viaje, y no una guía de turismo.
La calidez del interior.
Este viernes soleado invita a viajar. Me traslado desde caballito hasta la estación de trenes de Retiro. En la ventanilla, a metros de la vía, pido un boleto a Mercedes. En unos minutos dejaré atrás Capital y visitaré el interior de la provincia. Voy en busca de la paz y la calidez de sus habitantes; en busca de los brazos abiertos que esperan a cualquier forastero, ansioso por conocer el pueblo y la forma de vida de esas personas.
Son las seis y veinticinco de la mañana y el sol comienza a asomar. Subo al vagón en busca de ese asiento que me permita ir cómodo las dos horas de viaje que tengo hasta llegar al destino elegido. Emprendo viaje, comienzo a ver los últimos edificios que decoran el paisaje de la ciudad. Al cabo de unos minutos, mis pupilas se inundan de color verde, por la aparición de los extensos campos que se hallan al costado de la vía, como retrato fiel de la llanura pampeana. Luego de atravesar las dos horas de viaje, la voz del guarda me despierta:
- Estación Mercedes.
Ansioso, desciendo del tren y me estrecho en un cálido abrazo con mi amigo Juan, que ha estado esperándome.
-Mercedes es una ciudad en crecimiento: apenas 70.000 habitantes. Nació como un pequeño fortín de madera, barro y paja que sólo era suficiente para resguardar a los soldados. Ésta era tierra de indios “pampas” y “serranos”.
Me cuenta Juan, mientras dejamos la estación a paso lento, bajo un amplísimo y azul cielo de primavera.
De pronto imagino cómo pudo un pequeño fortín llegar a ser ciudad.
-En 1752, un militar de apellido Zarate se instaló en esta zona y la llamó “Frontera de Lujan”. Veinte años después, ya se habían asentado los pobladores en sus chacras. Y fue un Capellán, Fray Hilario Pavón, quien le dio el nombre de “Nuestra Señora de las Mercedes”, en honor a la Virgen. Pasó un siglo hasta que se convirtió en ciudad.
Relata Juan, como si hubiese adivinado mis pensamientos, mientras comenzamos a ver las casas bajas y algún edificio de unos pocos pisos de altura.
A los pocos minutos aparece ante mis ojos, imponente, el edificio de tribunales, prestigiosa institución creada a mediados del siglo diecinueve.
Sin darnos cuenta hemos llegado al corazón mismo de la ciudad. Miro esa gran puerta marrón de doble hoja y decido entrar para conocer esas salas ocupadas por jueces y abogados que buscan ser lo mas justos posibles; aplicando la condena correspondiente a los delitos cometidos.
-El Departamento Judicial de Mercedes es amplio, ya que abarca 16 partidos de la zona. Por estos pasillos ha pasado un sinnúmero de gente…y también tuvimos la presencia, en la década del 90, de Diego Maradona, por una agresión a periodistas sucedida en su quinta de Moreno.
Me cuenta un empleado de traje oscuro y corbata rayada, desde su lugar detrás de un pequeño escritorio.
Le agradezco, lo saludo y continuo recorriendo ese lugar con tantas historias entre sus paredes.
Cuando salgo, al cruzar la calle, visualizo la plaza principal, llamada San Martín, cuyo nombre corresponde con el monumento construido en honor al prócer. A la plaza la Catedral, el Palacio Municipal y una confitería conocida como la Recova, donde antiguamente se encontraba el cabildo. En este sector de mercedes, las personas realizan trámites, recorren locales de ropa, toman café. Y, como en todo pueblo, los jóvenes utilizan la plaza como punto de encuentro.
Juan me sugiere tomar la única línea de colectivos que hay en Mercedes.
-Te voy a mostrar la Pulpería.
Me dice. Y allá vamos.
Realmente se encuentra lejos del centro, aislada del movimiento frecuente de personas y de vehículos. Es una antigua construcción, se remonta a 1830. Atravesar la puerta de la Pulpería de Cacho Di Catarina es como ingresar en un túnel del tiempo, capaz de conducirnos hasta el descubrimiento de las costumbres y modas de casi dos siglos.
Creada en medio del campo, junto al rió lujan, fue testigo inmune del desarrollo poblacional que la dejó situada en las afueras de Mercedes, a la vera de una calle de tierra, donde el paso frecuente de gauchos a caballos confiesa que el camino pertenece al pasado, igual que el primitivo negocio, jamás cerrado pero tampoco nunca remodelado. Su exterior conserva la fachada intacta: paredes de ladrillos de la época, antiguas y descoloridas publicaciones de chapa. Y flameando orgullosa la bandera argentina. En su interior, el mobiliario: mostrador de estaño, estanterías, piso de ladrillo, techo de tejuelas y tirantes, todo original; también cuenta con una vieja estufa a leña, utilizada para calefaccionar el lugar.
-Yo conocí la pulpería porque mi abuelo me traía de chico. Cuando él murió, seguí viniendo a pasar buenos ratos como en la infancia.
Me cuenta mientras saluda algunos conocidos.
Un grupo de muchachos nos invita a jugar un truco. Entre risas, alguna cerveza y varias bromas, les ganamos.
Me despido de este sitio que cuenta por sí solo la historia de tantas personas que fueron y serán protagonistas.
Miro el reloj. ¡Como pasa de rápido el tiempo en este lugar!
Va promediando la tarde. Debo regresar a Capital.
-No podes irte sin conocer “La Trochita”.
Sentencia Juan, y emprendemos la caminata hacia el lado del centro. A mitad de camino nos detenemos.
-Actualmente funcionan dos ferrocarriles en Mercedes: el San Martín y el Sarmiento. El tercero, que hoy no funciona, es el Belgrano. Nació en 1904 con la red de ferrocarriles de trocha angosta, entre el puerto de Buenos Aires y Rosario.
El ramal Bs As-Rosario, que arrancaba en Barracas, arribó a Mercedes en 1907. El servicio de pasajeros de esta línea era precario, durante muchos años ofreció sólo dos trenes diarios.
El Belgrano llegaba a la estación la Trochita, conocida así por los lugareños.
Me cuenta Juan, orgulloso de su ciudad.
Recorriendo las instalaciones se puede apreciar una galería con un techo cubierto por chapa y sostenida por columnas blancas. La vía esta tapada por yuyos, malezas y cañaverales, oxidadas como señal de que no se usa o se emplea muy poco. Sigo muy concentrado mirando a mí alrededor, cuando de repente aparece una señora preguntando si necesitamos algo. Aprovecho el encuentro y le pregunto sobre el tren.
-Tengo muy pocos recuerdos de esta estación, me sorprendía la llegada del tren ya que no era frecuente ver su paso por acá debido al poco servicio.
Me cuenta la señora amablemente. En ese momento, un hombre se suma a nuestra conversación.
-Me da mucha tristeza, una tremenda desazón nos embarga, indigna que se haya abandonado un servicio que se prestó y que hoy se podría haberse prestado a la comunidad.
Comenta Jorge, quien trabajó 40 años como operario, hoy jubilado y que con un grupo de amigos lleva adelante un proyecto, que trata de activar nuevamente el tren hasta Salto para devolverles la vida a los pueblos que se convirtieron en “fantasmas” por la ausencia del ferrocarril.
Vuelvo a mirar el reloj. La tarde va cayendo. Decido volverme.
Mercedes es una típica ciudad del interior, llena de recuerdos, lugares construidos hace siglos, con instituciones que prestigian a toda su comunidad, y con algo que es común en sus habitantes: la calidez.
Son las seis y veinticinco de la mañana y el sol comienza a asomar. Subo al vagón en busca de ese asiento que me permita ir cómodo las dos horas de viaje que tengo hasta llegar al destino elegido. Emprendo viaje, comienzo a ver los últimos edificios que decoran el paisaje de la ciudad. Al cabo de unos minutos, mis pupilas se inundan de color verde, por la aparición de los extensos campos que se hallan al costado de la vía, como retrato fiel de la llanura pampeana. Luego de atravesar las dos horas de viaje, la voz del guarda me despierta:
- Estación Mercedes.
Ansioso, desciendo del tren y me estrecho en un cálido abrazo con mi amigo Juan, que ha estado esperándome.
-Mercedes es una ciudad en crecimiento: apenas 70.000 habitantes. Nació como un pequeño fortín de madera, barro y paja que sólo era suficiente para resguardar a los soldados. Ésta era tierra de indios “pampas” y “serranos”.
Me cuenta Juan, mientras dejamos la estación a paso lento, bajo un amplísimo y azul cielo de primavera.
De pronto imagino cómo pudo un pequeño fortín llegar a ser ciudad.
-En 1752, un militar de apellido Zarate se instaló en esta zona y la llamó “Frontera de Lujan”. Veinte años después, ya se habían asentado los pobladores en sus chacras. Y fue un Capellán, Fray Hilario Pavón, quien le dio el nombre de “Nuestra Señora de las Mercedes”, en honor a la Virgen. Pasó un siglo hasta que se convirtió en ciudad.
Relata Juan, como si hubiese adivinado mis pensamientos, mientras comenzamos a ver las casas bajas y algún edificio de unos pocos pisos de altura.
A los pocos minutos aparece ante mis ojos, imponente, el edificio de tribunales, prestigiosa institución creada a mediados del siglo diecinueve.
Sin darnos cuenta hemos llegado al corazón mismo de la ciudad. Miro esa gran puerta marrón de doble hoja y decido entrar para conocer esas salas ocupadas por jueces y abogados que buscan ser lo mas justos posibles; aplicando la condena correspondiente a los delitos cometidos.
-El Departamento Judicial de Mercedes es amplio, ya que abarca 16 partidos de la zona. Por estos pasillos ha pasado un sinnúmero de gente…y también tuvimos la presencia, en la década del 90, de Diego Maradona, por una agresión a periodistas sucedida en su quinta de Moreno.
Me cuenta un empleado de traje oscuro y corbata rayada, desde su lugar detrás de un pequeño escritorio.
Le agradezco, lo saludo y continuo recorriendo ese lugar con tantas historias entre sus paredes.
Cuando salgo, al cruzar la calle, visualizo la plaza principal, llamada San Martín, cuyo nombre corresponde con el monumento construido en honor al prócer. A la plaza la Catedral, el Palacio Municipal y una confitería conocida como la Recova, donde antiguamente se encontraba el cabildo. En este sector de mercedes, las personas realizan trámites, recorren locales de ropa, toman café. Y, como en todo pueblo, los jóvenes utilizan la plaza como punto de encuentro.
Juan me sugiere tomar la única línea de colectivos que hay en Mercedes.
-Te voy a mostrar la Pulpería.
Me dice. Y allá vamos.
Realmente se encuentra lejos del centro, aislada del movimiento frecuente de personas y de vehículos. Es una antigua construcción, se remonta a 1830. Atravesar la puerta de la Pulpería de Cacho Di Catarina es como ingresar en un túnel del tiempo, capaz de conducirnos hasta el descubrimiento de las costumbres y modas de casi dos siglos.
Creada en medio del campo, junto al rió lujan, fue testigo inmune del desarrollo poblacional que la dejó situada en las afueras de Mercedes, a la vera de una calle de tierra, donde el paso frecuente de gauchos a caballos confiesa que el camino pertenece al pasado, igual que el primitivo negocio, jamás cerrado pero tampoco nunca remodelado. Su exterior conserva la fachada intacta: paredes de ladrillos de la época, antiguas y descoloridas publicaciones de chapa. Y flameando orgullosa la bandera argentina. En su interior, el mobiliario: mostrador de estaño, estanterías, piso de ladrillo, techo de tejuelas y tirantes, todo original; también cuenta con una vieja estufa a leña, utilizada para calefaccionar el lugar.
-Yo conocí la pulpería porque mi abuelo me traía de chico. Cuando él murió, seguí viniendo a pasar buenos ratos como en la infancia.
Me cuenta mientras saluda algunos conocidos.
Un grupo de muchachos nos invita a jugar un truco. Entre risas, alguna cerveza y varias bromas, les ganamos.
Me despido de este sitio que cuenta por sí solo la historia de tantas personas que fueron y serán protagonistas.
Miro el reloj. ¡Como pasa de rápido el tiempo en este lugar!
Va promediando la tarde. Debo regresar a Capital.
-No podes irte sin conocer “La Trochita”.
Sentencia Juan, y emprendemos la caminata hacia el lado del centro. A mitad de camino nos detenemos.
-Actualmente funcionan dos ferrocarriles en Mercedes: el San Martín y el Sarmiento. El tercero, que hoy no funciona, es el Belgrano. Nació en 1904 con la red de ferrocarriles de trocha angosta, entre el puerto de Buenos Aires y Rosario.
El ramal Bs As-Rosario, que arrancaba en Barracas, arribó a Mercedes en 1907. El servicio de pasajeros de esta línea era precario, durante muchos años ofreció sólo dos trenes diarios.
El Belgrano llegaba a la estación la Trochita, conocida así por los lugareños.
Me cuenta Juan, orgulloso de su ciudad.
Recorriendo las instalaciones se puede apreciar una galería con un techo cubierto por chapa y sostenida por columnas blancas. La vía esta tapada por yuyos, malezas y cañaverales, oxidadas como señal de que no se usa o se emplea muy poco. Sigo muy concentrado mirando a mí alrededor, cuando de repente aparece una señora preguntando si necesitamos algo. Aprovecho el encuentro y le pregunto sobre el tren.
-Tengo muy pocos recuerdos de esta estación, me sorprendía la llegada del tren ya que no era frecuente ver su paso por acá debido al poco servicio.
Me cuenta la señora amablemente. En ese momento, un hombre se suma a nuestra conversación.
-Me da mucha tristeza, una tremenda desazón nos embarga, indigna que se haya abandonado un servicio que se prestó y que hoy se podría haberse prestado a la comunidad.
Comenta Jorge, quien trabajó 40 años como operario, hoy jubilado y que con un grupo de amigos lleva adelante un proyecto, que trata de activar nuevamente el tren hasta Salto para devolverles la vida a los pueblos que se convirtieron en “fantasmas” por la ausencia del ferrocarril.
Vuelvo a mirar el reloj. La tarde va cayendo. Decido volverme.
Mercedes es una típica ciudad del interior, llena de recuerdos, lugares construidos hace siglos, con instituciones que prestigian a toda su comunidad, y con algo que es común en sus habitantes: la calidez.
viernes, 13 de agosto de 2010
Proyecto Narrativo: La calidez del interior.
Este viernes soleado invita a viajar, me traslado desde Caballito hasta la estación de trenes de Retiro. En la ventanilla, a metros de la vía, pido un boleto a Mercedes, para dejar atrás Capital y visitar el interior de la provincia. Deseando encontrar la paz y la calidez que sus habitantes brindan al forastero, que llega ansioso por conocer su pueblo y ver como viven aquellas personas.
Son las seis y veinticinco de la tarde y el sol comienza a caer, subo al vagón en busca de ese asiento, que me permita ir cómodo las dos horas de viaje que tengo hasta llegar al destino elegido. Este tren tiene como última estación Junín llegando alrededor de las 11 de la noche. Emprendo viaje, comienzo a ver los últimos edificios que decoran el paisaje de la ciudad. Al cabo de unos minutos, mi campo visual se inunda de color verde no perceptible por la luz solar, sino por los extensos campos que se hallan al costado de la vía, como retrato fiel de la llanura pampeana. Luego de atravesar las dos horas de viaje, me despierto por la voz del guarda informando: “estación Mercedes”.
Mercedes es una ciudad de 70.000 habitantes, ubicada en el oeste de la provincia de Buenos Aires, siendo cabecera de partido, a 100 KML de distancia de Capital Federal y a unos 30 KLM de Lujan, conocida por la Basílica a la cual concurren miles de turistas.
Entre 1752 y 1753 la ciudad mercedina, fue un pequeño fortín construido de madera, barro y paja, apenas suficiente para resguardar a los soldados de la intemperie y poder defenderlos mejor del ataque veloz y sorpresivo de los indios “pampas” y “serranos”.
Fue fundada el 25 de junio de 1752 por Zarate, un militar que se encontraba: Mas allá del pago de Lujan en un paraje conocido como “Laguna Brava”, denominado “Frontera de Lujan”; informando al Cabildo y al Gobernador. En el año 1774, constituía ya un núcleo de cierta importancia, con chacras pobladas a los costados de la “Guardia”. Ya tenía Capellán llamado Fray Hilario Pavón, religioso de la orden “Nuestra Señora de las Mercedes”, motivo por el cual se decidió el nombre de la ciudad.
El rango de partido lo alcanzo el pago de nombre, en 1812. Habría sido declarado Villa en 1831. Luego se deslindo y amojono el Partido alcanzando la categoría de ciudad en 1865, contando ya con Tribunales de Primera Instancia.
Esta institución que prestigia a Mercedes tiene su origen en 1854, ubicada en el centro de la ciudad, donde se observa un gran edificio, con ventanas y una puerta color marrón de doble hoja, la cual decido abrir para conocer esas salas ocupadas por abogados y jueces que buscan ser lo más justos; penando con la condena correspondiente a los delitos cometidos por los ladrones y demás personas que alteren el orden. Con el paso del tiempo los Tribunales del Departamento Judicial del Centro adquirió varias funciones. Además el departamento comprende los partidos de Alberti, Bragado, Carmen de Areco, Chivilcoy, Las Heras, Rodríguez, Lujan, Marcos Paz, Moreno, San Antonio de Areco, Salto, 9 de Julio, Mercedes, San Andrés de Giles, Suipacha y 25 de Mayo.
Cruzando la calle visualizo la plaza principal, llamada San Martín, cuyo nombre corresponde con el monumento construido en honor al prócer. A la plaza la rodean, la Catedral, el Palacio Municipal y una confitería conocida como la Recova, donde antiguamente se encontraba el Cabildo. En este sector de Mercedes, las personas realizan diferentes trámites, recorren locales de ropa. Los jóvenes utilizan la plaza como punto de encuentro.
A unas cuantas cuadras del centro, aislado del movimiento frecuente de personas y vehículos; me encuentro con una construcción que se remonta hacia 1830. Atravesar la puerta de la Pulpería de Cacho Di Catarina es como ingresar en un túnel del tiempo, capaz de conducir hasta el descubrimiento de las costumbres y modas de casi dos siglos. Creada en medio del campo, junto al Rió Lujan, fue testigo inmune del desarrollo poblacional que la dejó situada en las afueras de Mercedes, a la vera de una calle de tierra, donde el paso frecuente de gauchos a caballo confiesa que el camino pertenece en el pasado al igual que el primitivo negocio, jamás cerrado pero tampoco nunca remodelado. Su exterior conserva la fachada intacta: paredes de ladrillos de la época, de 45 centímetros de espesor. En su interior el mobiliario; mostrador de estaño; estanterías; sus pisos de ladrillos; sus techos de tejuelas y tirantes son originales, también cuenta con una vieja estufa a leña, utilizada en la pulpería para calefaccionar el lugar.
Conozco a Juan, un muchacho de 24 años, quien esta con amigos compartiendo una picada.
- yo conocí la pulpería porque mi abuelo me traía de chico. Cuando el murió seguí viniendo a pasar buenos ratos como en la infancia. Me cuenta mientras se prepara para jugar un truco.
Me despido de aquel lugar que cuenta por si solo toda una historia que muchas personas fueron y serán protagonistas.
Actualmente funcionan dos ferrocarriles en Mercedes: el San Martín y el Sarmiento, que trajeron con su llegada gran impulso económico, político y cultural. El tercer ferrocarril en arribar es el Belgrano, al cual me dirijo para conocer su estación. Se origina en una concesión otorgada a los señores De Bruyn y Otamendi el 26 de septiembre de 1904, para construir una red de ferrocarriles de trocha angosta entre el puerto de Buenos Aires y Rosario.
El ramal de Bs.As-Rosario, que arrancaba en la terminal ubicada en el barrio de Barracas arribo a Mercedes en 1907. El servicio de pasajeros de esta línea era precario, pues durante muchos años ofreció solo dos trenes diarios. Hacia 1947, años en que se incorporo a la red del FC. Belgrano, esta empresa empleaba a 3298 operarios, contaba con una extensión de rieles de1270 kilómetros, con 111 estaciones, transportando un promedio de cargas superiores a 1 millón de toneladas. Hoy se encuentra desactivado.
El Belgrano llegaba a la estación la Trochita, conocida así por los lugareños, que tiene lugar en las calles 40 y 21.
Recorriendo las instalaciones se puede apreciar una galeria con un techo cubierto por chapas y sostenida por columnas blancas, se contempla la vía tapada por yuyos; malezas y cañaverales, oxidadas como señal de que no se usa o se emplea muy poco. Sigo muy concentrado mirando a mí alrededor, cuando de repente aparece una señora preguntándome si necesitaba algo. Aproveche el encuentro y le pregunte sobre el tren, ella amablemente me cuenta:
- tengo muy pocos recuerdos de esta estación, me sorprendía la llegada del tren ya que no era frecuente ver su paso por acá debido al poco servicio. Me presenta a un hombre que también andaba por el lugar.
- Me da mucha tristeza , una tremenda desazón nos embarga, indigna que se haya abandonado un servicio que se prestó y que hoy podría haberse prestado a la comunidad. Comenta Jorge, quien trabajo 40 años como operario, hoy jubilado y con un grupo de amigos lleva adelante un proyecto, que trata de activar nuevamente el tren hasta Salto para devolverles la vida a los pueblos que se convirtieron en “fantasmas” por la ausencia del ferrocarril.
Mercedes es un típica ciudad del interior, llena de recuerdos lugares construidos hace siglos, con instituciones que prestigian a toda una comunidad y algo que es muy común en sus habitantes: la calidez.
Son las seis y veinticinco de la tarde y el sol comienza a caer, subo al vagón en busca de ese asiento, que me permita ir cómodo las dos horas de viaje que tengo hasta llegar al destino elegido. Este tren tiene como última estación Junín llegando alrededor de las 11 de la noche. Emprendo viaje, comienzo a ver los últimos edificios que decoran el paisaje de la ciudad. Al cabo de unos minutos, mi campo visual se inunda de color verde no perceptible por la luz solar, sino por los extensos campos que se hallan al costado de la vía, como retrato fiel de la llanura pampeana. Luego de atravesar las dos horas de viaje, me despierto por la voz del guarda informando: “estación Mercedes”.
Mercedes es una ciudad de 70.000 habitantes, ubicada en el oeste de la provincia de Buenos Aires, siendo cabecera de partido, a 100 KML de distancia de Capital Federal y a unos 30 KLM de Lujan, conocida por la Basílica a la cual concurren miles de turistas.
Entre 1752 y 1753 la ciudad mercedina, fue un pequeño fortín construido de madera, barro y paja, apenas suficiente para resguardar a los soldados de la intemperie y poder defenderlos mejor del ataque veloz y sorpresivo de los indios “pampas” y “serranos”.
Fue fundada el 25 de junio de 1752 por Zarate, un militar que se encontraba: Mas allá del pago de Lujan en un paraje conocido como “Laguna Brava”, denominado “Frontera de Lujan”; informando al Cabildo y al Gobernador. En el año 1774, constituía ya un núcleo de cierta importancia, con chacras pobladas a los costados de la “Guardia”. Ya tenía Capellán llamado Fray Hilario Pavón, religioso de la orden “Nuestra Señora de las Mercedes”, motivo por el cual se decidió el nombre de la ciudad.
El rango de partido lo alcanzo el pago de nombre, en 1812. Habría sido declarado Villa en 1831. Luego se deslindo y amojono el Partido alcanzando la categoría de ciudad en 1865, contando ya con Tribunales de Primera Instancia.
Esta institución que prestigia a Mercedes tiene su origen en 1854, ubicada en el centro de la ciudad, donde se observa un gran edificio, con ventanas y una puerta color marrón de doble hoja, la cual decido abrir para conocer esas salas ocupadas por abogados y jueces que buscan ser lo más justos; penando con la condena correspondiente a los delitos cometidos por los ladrones y demás personas que alteren el orden. Con el paso del tiempo los Tribunales del Departamento Judicial del Centro adquirió varias funciones. Además el departamento comprende los partidos de Alberti, Bragado, Carmen de Areco, Chivilcoy, Las Heras, Rodríguez, Lujan, Marcos Paz, Moreno, San Antonio de Areco, Salto, 9 de Julio, Mercedes, San Andrés de Giles, Suipacha y 25 de Mayo.
Cruzando la calle visualizo la plaza principal, llamada San Martín, cuyo nombre corresponde con el monumento construido en honor al prócer. A la plaza la rodean, la Catedral, el Palacio Municipal y una confitería conocida como la Recova, donde antiguamente se encontraba el Cabildo. En este sector de Mercedes, las personas realizan diferentes trámites, recorren locales de ropa. Los jóvenes utilizan la plaza como punto de encuentro.
A unas cuantas cuadras del centro, aislado del movimiento frecuente de personas y vehículos; me encuentro con una construcción que se remonta hacia 1830. Atravesar la puerta de la Pulpería de Cacho Di Catarina es como ingresar en un túnel del tiempo, capaz de conducir hasta el descubrimiento de las costumbres y modas de casi dos siglos. Creada en medio del campo, junto al Rió Lujan, fue testigo inmune del desarrollo poblacional que la dejó situada en las afueras de Mercedes, a la vera de una calle de tierra, donde el paso frecuente de gauchos a caballo confiesa que el camino pertenece en el pasado al igual que el primitivo negocio, jamás cerrado pero tampoco nunca remodelado. Su exterior conserva la fachada intacta: paredes de ladrillos de la época, de 45 centímetros de espesor. En su interior el mobiliario; mostrador de estaño; estanterías; sus pisos de ladrillos; sus techos de tejuelas y tirantes son originales, también cuenta con una vieja estufa a leña, utilizada en la pulpería para calefaccionar el lugar.
Conozco a Juan, un muchacho de 24 años, quien esta con amigos compartiendo una picada.
- yo conocí la pulpería porque mi abuelo me traía de chico. Cuando el murió seguí viniendo a pasar buenos ratos como en la infancia. Me cuenta mientras se prepara para jugar un truco.
Me despido de aquel lugar que cuenta por si solo toda una historia que muchas personas fueron y serán protagonistas.
Actualmente funcionan dos ferrocarriles en Mercedes: el San Martín y el Sarmiento, que trajeron con su llegada gran impulso económico, político y cultural. El tercer ferrocarril en arribar es el Belgrano, al cual me dirijo para conocer su estación. Se origina en una concesión otorgada a los señores De Bruyn y Otamendi el 26 de septiembre de 1904, para construir una red de ferrocarriles de trocha angosta entre el puerto de Buenos Aires y Rosario.
El ramal de Bs.As-Rosario, que arrancaba en la terminal ubicada en el barrio de Barracas arribo a Mercedes en 1907. El servicio de pasajeros de esta línea era precario, pues durante muchos años ofreció solo dos trenes diarios. Hacia 1947, años en que se incorporo a la red del FC. Belgrano, esta empresa empleaba a 3298 operarios, contaba con una extensión de rieles de1270 kilómetros, con 111 estaciones, transportando un promedio de cargas superiores a 1 millón de toneladas. Hoy se encuentra desactivado.
El Belgrano llegaba a la estación la Trochita, conocida así por los lugareños, que tiene lugar en las calles 40 y 21.
Recorriendo las instalaciones se puede apreciar una galeria con un techo cubierto por chapas y sostenida por columnas blancas, se contempla la vía tapada por yuyos; malezas y cañaverales, oxidadas como señal de que no se usa o se emplea muy poco. Sigo muy concentrado mirando a mí alrededor, cuando de repente aparece una señora preguntándome si necesitaba algo. Aproveche el encuentro y le pregunte sobre el tren, ella amablemente me cuenta:
- tengo muy pocos recuerdos de esta estación, me sorprendía la llegada del tren ya que no era frecuente ver su paso por acá debido al poco servicio. Me presenta a un hombre que también andaba por el lugar.
- Me da mucha tristeza , una tremenda desazón nos embarga, indigna que se haya abandonado un servicio que se prestó y que hoy podría haberse prestado a la comunidad. Comenta Jorge, quien trabajo 40 años como operario, hoy jubilado y con un grupo de amigos lleva adelante un proyecto, que trata de activar nuevamente el tren hasta Salto para devolverles la vida a los pueblos que se convirtieron en “fantasmas” por la ausencia del ferrocarril.
Mercedes es un típica ciudad del interior, llena de recuerdos lugares construidos hace siglos, con instituciones que prestigian a toda una comunidad y algo que es muy común en sus habitantes: la calidez.
viernes, 30 de julio de 2010
Bueno voy a ver el link que me pasaste, muchas gracias por el consejo.
La idea que yo tenia en un principio era la misma que vos escribiste en el comentario, pero me habia surgido despues esa duda. Por lo tanto voy a inclinar por hacerlo del modo que ya tenia pensado, como una cronica de viaje.
Saludos.
La idea que yo tenia en un principio era la misma que vos escribiste en el comentario, pero me habia surgido despues esa duda. Por lo tanto voy a inclinar por hacerlo del modo que ya tenia pensado, como una cronica de viaje.
Saludos.
jueves, 29 de julio de 2010
Acerca del proyecto narrativo.
Hola Claudia. Tengo una duda acerca de como abordar la crónica que voy a realizar sobre Mercedes. Si soy una viajero que llega a la ciudad o contar mis vivencias , por ejemplo mis amigos, el colegio donde fui, y lugares tipicos de la misma. Esta es basicamente la duda.
Saludos.
Saludos.
martes, 13 de julio de 2010
Alexandra David Néel.
Louise Eugénie Alexandrine Marie David, más conocida por su pseudónimo Alexandra David-Néel (24 de octubre de 1868, París - † 8 de septiembre de 1969, Digne (Alpes-de-Haute-Provence) fue sucesiva o simultáneamente orientalista, cantante de ópera, periodista, exploradora, anarquista, espiritualista, budista y escritora franco-belga.
Es conocida principalmente por su visita a Lhasa (1924), capital del Tíbet, ciudad prohibida a los extranjeros. Escribió más de 30 libros acerca de religiones orientales, filosofía y sus viajes. Sus enseñanzas fueron trasmitidas por sus principales amigos y discípulos: Yondgen y el francés Swami Asuri Kapila (Cesar Della Rosa).
Es conocida principalmente por su visita a Lhasa (1924), capital del Tíbet, ciudad prohibida a los extranjeros. Escribió más de 30 libros acerca de religiones orientales, filosofía y sus viajes. Sus enseñanzas fueron trasmitidas por sus principales amigos y discípulos: Yondgen y el francés Swami Asuri Kapila (Cesar Della Rosa).
Viaje a Lhasa.
Una peregrina cuenta su experiencia de haber caminado desde China y que había viajado ocho meses por el Tibet, atravesando regiones sin explorar hasta llegar a Lhasa donde residió dos meses, sin que sus habitantes se dieran cuenta que era extrajera y por que estaba prohibida su estadía allí. Junto a su amigo Yongden superaron varios obstáculos y arribaron a la ciudad elegida. Se hospedaron en una casa que una señora les alquilo, por cierto era muy precaria y con una vista a gusto de la peregrina, desde donde veía el Potala.
La señora presencio la ceremonia que realizan los tibetanos todos los años, al final de la cual echan fuera de la ciudad a un “chivo expiatorio” , no es un animal, sino un hombre, consciente del papel que asume. Y ella en su relato describe detalladamente todo lo que ocurre en la ceremonia.
La mujer y su amigo lograron quedarse en Lhasa por un tiempo de dos meses sin ser reconocidos como extranjeros.
La señora presencio la ceremonia que realizan los tibetanos todos los años, al final de la cual echan fuera de la ciudad a un “chivo expiatorio” , no es un animal, sino un hombre, consciente del papel que asume. Y ella en su relato describe detalladamente todo lo que ocurre en la ceremonia.
La mujer y su amigo lograron quedarse en Lhasa por un tiempo de dos meses sin ser reconocidos como extranjeros.
lunes, 12 de julio de 2010
Notas de los tres cuentos.
En el mar. Anton Chejov
El narrador de este cuento es el protagonista. Hace una breve elipsis de lo que ocurre en el barco y como se desarrolla la vida de los marineros. Luego cuenta una escena donde el y su padre espían a una muchacha, que había sido entregada por su propio marido a cambio de dinero a un banquero ingles, en el camarote de luna de miel.
La historia concluye cuando el padre toma a su hijo y le pide que se retire del lugar, explicándole que aun es un muchacho para ver eso.
La forma de la espada. Jorge Luis Borges.
Es un cuento muy complejo, que requiere de varias lecturas para comprenderlo. Esta contado de manera particular, donde el personaje del cuento Vincent Moon al final del relato le comunica al autor, con quien interactúa, que el había sido el que denuncia al hombre que lo amparo, y le enseña su cicatriz.
El narrador es de tercera persona.
¿Porque no bailan?. Raymond Carver.
El narrador es de clase omnisciente, puede instalarse en la conciencia de los personajes y capaz de controlarla. Se pueden realizar varias interpretaciones.
Yo entiendo que el hombre saca la cama y las mesitas de luz al patio, y vende sus mubles y artefactos a los jovenes que fueron pensando que era una liquidación casera, porque intenta desprenderse de ellos para olvidar a su mujer.
El narrador de este cuento es el protagonista. Hace una breve elipsis de lo que ocurre en el barco y como se desarrolla la vida de los marineros. Luego cuenta una escena donde el y su padre espían a una muchacha, que había sido entregada por su propio marido a cambio de dinero a un banquero ingles, en el camarote de luna de miel.
La historia concluye cuando el padre toma a su hijo y le pide que se retire del lugar, explicándole que aun es un muchacho para ver eso.
La forma de la espada. Jorge Luis Borges.
Es un cuento muy complejo, que requiere de varias lecturas para comprenderlo. Esta contado de manera particular, donde el personaje del cuento Vincent Moon al final del relato le comunica al autor, con quien interactúa, que el había sido el que denuncia al hombre que lo amparo, y le enseña su cicatriz.
El narrador es de tercera persona.
¿Porque no bailan?. Raymond Carver.
El narrador es de clase omnisciente, puede instalarse en la conciencia de los personajes y capaz de controlarla. Se pueden realizar varias interpretaciones.
Yo entiendo que el hombre saca la cama y las mesitas de luz al patio, y vende sus mubles y artefactos a los jovenes que fueron pensando que era una liquidación casera, porque intenta desprenderse de ellos para olvidar a su mujer.
Tesis sobre el cuento. Ricardo Piglia
Menciona como característica que un cuento siempre cuenta dos historias. Un ejemplo es el cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (relato del suicidio). Otra característica establece que la historia secreta es la clave de la forma del cuento y sus variantes.
La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo. La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. Concluye diciendo que la historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión. Piglia describe en su tesis como Chejov, Kafka y Borges contarían el cuento teniendo en cuenta la historia 1 y la historia 2 (secreta).
La historia secreta se cuenta de un modo cada vez más elusivo. La teoría del iceberg de Hemingway es la primera síntesis de ese proceso de transformación: lo más importante nunca se cuenta. Concluye diciendo que la historia secreta se construye con lo no dicho, con el sobreentendido y la alusión. Piglia describe en su tesis como Chejov, Kafka y Borges contarían el cuento teniendo en cuenta la historia 1 y la historia 2 (secreta).
lunes, 7 de junio de 2010
La Casa de los Chillado Biaus queda ubicada en las intersecciones de las calles Uriarte y Guemes, en la zona de Palermo; es un rincón de la ciudad que guarda relación estrecha con la tradición de los pueblos, con las costumbres Argentinas.
Elegí este lugar porque me resultó curioso que en el corazón de la gran ciudad exista una arteria que la conecte de manera tan fiel al campo, a las raíces.
Fue así que un jueves por la noche me dispuse a conocer más de cerca esta sucursal de la historia y de la tradición de los pueblos, que mantiene vivo el folklore en todas sus manifestaciones.
Al llegar al lugar me sorprendió su fachada, que pasaba desapercibida, pero su cartel indicador me convenció. Toqué el timbre, y un joven me recibió tras la puerta. Subí unos escalones y me encontré allí con una sala pequeña, bien decorada y con poca luz, donde había una mesa en la que parecía cobrarse una entrada, pero me dijeron que sólo es así los días en que hay show; los demás días es gratuito.
Siguiendo mi rumbo encontré otra puerta, trabajada en vitró con colores verdes y violetas, y al cruzarla observé un comedor dividido por columnas: de un lado había mesas con sillas, del otro un escenario ubicado a la izquierda de la puerta y algunas mesas más. El piso es de mosaicos, de esos que al unirse forman un motivo que se repite. Por el pasillo imaginario entre las mesas y las columnas, encontré la barra, en lo que conforma una nueva sala pequeña pero sin puerta, conectada con el comedor. Dos muchachos y una chica me saludaron amablemente. Seguí caminando hacia el fondo por un pasillo en el que se encuentran los baños y al final una nueva sala, la única donde está permitido fumar, aunque llegado cierto horario, esta norma no se respeta y los fumadores deambulan por toda la peña.
En las paredes de la peña pude observar cuadros de Molina Campos, fotos de grupos folklóricos y carteles anunciando próximos shows (además de los que prohíben fumar). También a modo de decoración hay herraduras, estribos y otros objetos antiguos, como marcas de estancias, frenos de caballos o cencerros.
A pesar de ser temprano, había bastante gente. Estaban en sus mesas tomando algo y escuchando las melodías de una guitarra que se encontraba allí cerca. Los que estaban alrededor de quien ejecutaba el instrumento se animaban a cantar el tema folklórico que sonaba. Luego varias parejas bailaron un chamamé. Se escuchaban gritos, y un joven se animó a “largar” un Sapucai.
Charlando con jóvenes que ya habían ido varias veces al lugar, me enteré que quien lo desee puede ir a la barra y dejar una pertenencia a cambio de una guitarra a préstamo. Hay también quienes llevan sus propios instrumentos, y de vez en cuando se arman competencias espontáneas, donde diferentes guitarreros intentan convocar más gente a cantar alrededor de él. En ocasiones se puede ver a toda la gente del lugar entonando la misma canción, seguida de un mar de aplausos “de todos para todos”.
Con respecto al vestuario se puede observar a hombres de diversas edades, cuyas vestimentas son variadas. Los más “paisanos” llevan boina, camisa, bombacha de campo y alpargatas. Las chicas suelen usar pañuelos, camisas, o remeras sencillas, bombachas de campo, botas o alpargatas, y hasta boina, pero es la minoría. Las demás van siempre bien vestidas, pero no llevan nada extravagante.
Los jóvenes que concurren a este sitio son en su mayoría del interior. Se trata de estudiantes que abandonaron su lugar de nacimiento buscando un nuevo futuro, y aquí en la ciudad se sienten oprimidos por el ritmo veloz que marca el reloj de la rutina. Son ellos quienes le dan el toque de calidez a la peña, espontáneos y relajados. Ellos llegan al lugar buscando divertirse, compartir un rato entre compañeros, cantar o bailar alguna chacarera al son de una guitarra amiga, y se transforman, sin darse cuenta, en el alma de la peña.
Elegí este lugar porque me resultó curioso que en el corazón de la gran ciudad exista una arteria que la conecte de manera tan fiel al campo, a las raíces.
Fue así que un jueves por la noche me dispuse a conocer más de cerca esta sucursal de la historia y de la tradición de los pueblos, que mantiene vivo el folklore en todas sus manifestaciones.
Al llegar al lugar me sorprendió su fachada, que pasaba desapercibida, pero su cartel indicador me convenció. Toqué el timbre, y un joven me recibió tras la puerta. Subí unos escalones y me encontré allí con una sala pequeña, bien decorada y con poca luz, donde había una mesa en la que parecía cobrarse una entrada, pero me dijeron que sólo es así los días en que hay show; los demás días es gratuito.
Siguiendo mi rumbo encontré otra puerta, trabajada en vitró con colores verdes y violetas, y al cruzarla observé un comedor dividido por columnas: de un lado había mesas con sillas, del otro un escenario ubicado a la izquierda de la puerta y algunas mesas más. El piso es de mosaicos, de esos que al unirse forman un motivo que se repite. Por el pasillo imaginario entre las mesas y las columnas, encontré la barra, en lo que conforma una nueva sala pequeña pero sin puerta, conectada con el comedor. Dos muchachos y una chica me saludaron amablemente. Seguí caminando hacia el fondo por un pasillo en el que se encuentran los baños y al final una nueva sala, la única donde está permitido fumar, aunque llegado cierto horario, esta norma no se respeta y los fumadores deambulan por toda la peña.
En las paredes de la peña pude observar cuadros de Molina Campos, fotos de grupos folklóricos y carteles anunciando próximos shows (además de los que prohíben fumar). También a modo de decoración hay herraduras, estribos y otros objetos antiguos, como marcas de estancias, frenos de caballos o cencerros.
A pesar de ser temprano, había bastante gente. Estaban en sus mesas tomando algo y escuchando las melodías de una guitarra que se encontraba allí cerca. Los que estaban alrededor de quien ejecutaba el instrumento se animaban a cantar el tema folklórico que sonaba. Luego varias parejas bailaron un chamamé. Se escuchaban gritos, y un joven se animó a “largar” un Sapucai.
Charlando con jóvenes que ya habían ido varias veces al lugar, me enteré que quien lo desee puede ir a la barra y dejar una pertenencia a cambio de una guitarra a préstamo. Hay también quienes llevan sus propios instrumentos, y de vez en cuando se arman competencias espontáneas, donde diferentes guitarreros intentan convocar más gente a cantar alrededor de él. En ocasiones se puede ver a toda la gente del lugar entonando la misma canción, seguida de un mar de aplausos “de todos para todos”.
Con respecto al vestuario se puede observar a hombres de diversas edades, cuyas vestimentas son variadas. Los más “paisanos” llevan boina, camisa, bombacha de campo y alpargatas. Las chicas suelen usar pañuelos, camisas, o remeras sencillas, bombachas de campo, botas o alpargatas, y hasta boina, pero es la minoría. Las demás van siempre bien vestidas, pero no llevan nada extravagante.
Los jóvenes que concurren a este sitio son en su mayoría del interior. Se trata de estudiantes que abandonaron su lugar de nacimiento buscando un nuevo futuro, y aquí en la ciudad se sienten oprimidos por el ritmo veloz que marca el reloj de la rutina. Son ellos quienes le dan el toque de calidez a la peña, espontáneos y relajados. Ellos llegan al lugar buscando divertirse, compartir un rato entre compañeros, cantar o bailar alguna chacarera al son de una guitarra amiga, y se transforman, sin darse cuenta, en el alma de la peña.
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La peña en el corazon de la ciudad
lunes, 3 de mayo de 2010
Texto con palabras sin diptongos.
En un país donde la realidad es dura, la gente acarrea con sus problemas y trata de dar pelea. En estos días muchos critican al aparato político y a la policía por su inoperatividad para combatir la inseguridad. Tendríamos que, en conjunto, plantear tacticas y así crear un ambito favorable para poder convivir en armonía.
domingo, 2 de mayo de 2010
Cronica cultural
Cuando me informaron que tenía que hacer este trabajo, no me agrado demasiado, ya que no me gusta asistir a lugares culturales porque a mi parecer no comprendo que pasa en esos sitios. Pero cuando me dijeron que una de las opciones era ir a ver cine, me entusiasme mucho más. Entre en la pagina del Malba y me fije que película podría ir a ver, las postuladas eran tres: “Dillinger” de Marx Nosseck, “Rosa patria” de Santiago Loza y “Bésame mortalmente” de Robert Aldrich, por una cuestión de horarios decidí asistir a la función de esta ultima. El comienzo de la película se anunciaba para las 16 horas, demorado, llegue al Malba saque la entrada y entre a función. El rodaje había empezado, el film trataba de un detective, Mike Hammer, que se hacia llamar “investigador privado” en realidad, planificaba todos sus casos. El destino lo enfrento con una dama que es asesinada mientras estaba con él. El detective recibe amenazas de los malhechores para que callara, quienes intentaron matarlo varias veces. Se interioriza en la vida de la mujer asesinada y logra develar el gran misterio.
El film se acaba se encienden las luces de la sala, éramos muy pocos los que vimos la película.
El final me asombro, no logre dar cuenta del misterio que se descubrió a pocos minutos de que culminara la película. Quizás sea la trama que me llevo a no comprender por los sucesivos crímenes que se iban dando. Otra causa podría ser también los años que este film que este film fue realizado (1955).
Cuando salí de la sala le conté a mi compañera que no había comprendido el final de la peli, pero pensé que por ahí cada uno tiene su propio punto de vista acerca del final, pero yo todavía no lo encontré.
Con Jorgelina (quien fue conmigo al Malba) decidimos subir al primer piso para observar los cuadros que se encontraban en el Museo de Arte Latinoamericano siglo xx, donde había varias obras de colección, de autores como por ejemplo, Oscar Bony, Antonio Berni, Amelia Peláez, entre otros. Dos Cuadros que me gustaron y destaco son, primero “Manifestación” de Berni, que se lo considera el iniciador del arte político en la Argentina. En esta pintura la técnica utilizada es óleo sobre arpillera y el otro cuadro que me llamo la atención “Sueño de un condenado a muerte” de Aizenber.
Luego de recorrer el museo me di cuenta de que no hay que ser experto del arte para visitar sitios como estos, sino que vasta con tener un gusto propio y esto me hizo cambiar mi pensamiento con el que había ido al Malba.
.
El film se acaba se encienden las luces de la sala, éramos muy pocos los que vimos la película.
El final me asombro, no logre dar cuenta del misterio que se descubrió a pocos minutos de que culminara la película. Quizás sea la trama que me llevo a no comprender por los sucesivos crímenes que se iban dando. Otra causa podría ser también los años que este film que este film fue realizado (1955).
Cuando salí de la sala le conté a mi compañera que no había comprendido el final de la peli, pero pensé que por ahí cada uno tiene su propio punto de vista acerca del final, pero yo todavía no lo encontré.
Con Jorgelina (quien fue conmigo al Malba) decidimos subir al primer piso para observar los cuadros que se encontraban en el Museo de Arte Latinoamericano siglo xx, donde había varias obras de colección, de autores como por ejemplo, Oscar Bony, Antonio Berni, Amelia Peláez, entre otros. Dos Cuadros que me gustaron y destaco son, primero “Manifestación” de Berni, que se lo considera el iniciador del arte político en la Argentina. En esta pintura la técnica utilizada es óleo sobre arpillera y el otro cuadro que me llamo la atención “Sueño de un condenado a muerte” de Aizenber.
Luego de recorrer el museo me di cuenta de que no hay que ser experto del arte para visitar sitios como estos, sino que vasta con tener un gusto propio y esto me hizo cambiar mi pensamiento con el que había ido al Malba.
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Cronica cultural
Cuando me informaron que tenía que hacer este trabajo, no me agrado demasiado, ya que no me gusta asistir a lugares culturales porque a mi parecer no comprendo que pasa en esos sitios. Pero cuando me dijeron que una de las opciones era ir a ver cine, me entusiasme mucho más. Entre en la pagina del Malba y me fije que película podría ir a ver, las postuladas eran tres: “Dillinger” de Marx Nosseck, “Rosa patria” de Santiago Loza y “Bésame mortalmente” de Robert Aldrich, por una cuestión de horarios decidí asistir a la función de esta ultima. El comienzo de la película se anunciaba para las 16 horas, demorado, llegue al Malba saque la entrada y entre a función. El rodaje había empezado, el film trataba de un detective, Mike Hammer, que se hacia llamar “investigador privado” en realidad, planificaba todos sus casos. El destino lo enfrento con una dama que es asesinada mientras estaba con él. El detective recibe amenazas de los malhechores para que callara, quienes intentaron matarlo varias veces. Se interioriza en la vida de la mujer asesinada y logra Cuando me informaron que teniá que hacer este trabajo, no me agrado demasiado, ya que no me gusta asistir a lugares culturales porque a mi parecer no comprendo que pasa en esos sitios. Pero cuando me dijeron que unas de las opciones era ir al cine, me develar el gran misterio.
El film se acaba se encienden las luces de la sala, éramos muy pocos los que vimos la película.
El final me asombro, no logre dar cuenta del misterio que se descubrió a pocos minutos de que culminara la película. Quizás sea la trama que me llevo a no comprender por los sucesivos crímenes que se iban dando. Otra causa podría ser también los años que este film que este film fue realizado (1955).
Cuando salí de la sala le conté que no había comprendido el final de la peli, pero pensé que por ahí cada uno tiene su propio Cuando me informaron que teniá que hacer este trabajo, no me agrado demasiado, ya que no me gusta asistir a lugares culturales porque a mi parecer no comprendo que pasa en esos sitios. Pero cuando me dijieron que unas de las opciones era ir al cine, me punto de vista acerca del final, pero yo todavía no lo encontré.
Con Jorgelina (quien fue conmigo al Malba) decidimos subir al primer piso para observar los cuadros que se encontraban en el Museo de Arte Latinoamericano siglo xx, donde había varias obras de colección, de autores como por ejemplo, Oscar Bony, Antonio Berni, Amelia Peláez, entre otros. Dos Cuadros que me gustaron y destaco son, primero “Manifestación” de Berni, que se lo considera el iniciador del arte político en la Argentina. En esta pintura la técnica utilizada es óleo sobre arpillera y el otro cuadro que me llamo la atención “Sueño de un condenado a muerte” de Aizenber.
Luego de recorrer el museo me di cuenta de que no hay que ser experto del arte para visitar sitios como estos, sino que vasta con tener un gusto propio y esto me hizo cambiar mi pensamiento con el que había ido al Malba.
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El film se acaba se encienden las luces de la sala, éramos muy pocos los que vimos la película.
El final me asombro, no logre dar cuenta del misterio que se descubrió a pocos minutos de que culminara la película. Quizás sea la trama que me llevo a no comprender por los sucesivos crímenes que se iban dando. Otra causa podría ser también los años que este film que este film fue realizado (1955).
Cuando salí de la sala le conté que no había comprendido el final de la peli, pero pensé que por ahí cada uno tiene su propio Cuando me informaron que teniá que hacer este trabajo, no me agrado demasiado, ya que no me gusta asistir a lugares culturales porque a mi parecer no comprendo que pasa en esos sitios. Pero cuando me dijieron que unas de las opciones era ir al cine, me punto de vista acerca del final, pero yo todavía no lo encontré.
Con Jorgelina (quien fue conmigo al Malba) decidimos subir al primer piso para observar los cuadros que se encontraban en el Museo de Arte Latinoamericano siglo xx, donde había varias obras de colección, de autores como por ejemplo, Oscar Bony, Antonio Berni, Amelia Peláez, entre otros. Dos Cuadros que me gustaron y destaco son, primero “Manifestación” de Berni, que se lo considera el iniciador del arte político en la Argentina. En esta pintura la técnica utilizada es óleo sobre arpillera y el otro cuadro que me llamo la atención “Sueño de un condenado a muerte” de Aizenber.
Luego de recorrer el museo me di cuenta de que no hay que ser experto del arte para visitar sitios como estos, sino que vasta con tener un gusto propio y esto me hizo cambiar mi pensamiento con el que había ido al Malba.
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sábado, 24 de abril de 2010
Fragmento elegido de el libro "El alquimista" de Paulo Coelho
El muchacho, en cambio, pensaba en su tesoro.
Cuanto más se acercaba a su sueño, más difíciles se tornaban las cosas. Ya no funcionaba aquello que el viejo rey había llamado "suerte de principiante". Lo único que él sabía que funcionaba era la prueba de la persistencia y del coraje de quien busca su Leyenda Personal.
Cuanto más se acercaba a su sueño, más difíciles se tornaban las cosas. Ya no funcionaba aquello que el viejo rey había llamado "suerte de principiante". Lo único que él sabía que funcionaba era la prueba de la persistencia y del coraje de quien busca su Leyenda Personal.
Reinscripción de ¿Que se esconde detras de la lectura?
¿Qué aprende aquella persona que lee este libro?
Andrés y Eduardo no parecían hermanos. Tal vez por su aspecto físico tan diferente; quizás porque sus personalidades no coincidían en lo más mínimo. Era como si hubiesen decidido mutuamente separarse el uno del otro, dejar de pertenecer a la misma familia… y lo hacían muy bien: ya no coincidían en sus preferencias, ya no frecuentaban los mismos lugares como, cuando niños, sus padres los llevaban de paseo. Preferían permanecer distanciados, como si cada uno de ellos no pudiera realizarse en presencia del otro.
Al igual que su padre, Andrés adoraba viajar. Cada verano pasaba semanas recorriendo ciudades, conociendo diferentes culturas, soñando despierto durante cada nueva experiencia, encontrando interesante aprender de los demás y anhelando poder regresar y comunicar a quienes se habían quedado acerca de la riqueza que reside en la diversidad de personas, costumbres, paisajes.
Eduardo, por el contrario, detestaba socializar con otra gente. Durante sus vacaciones prefería quedarse encerrado escuchando música, actividad comprensible cuando quien la practica es alguien tan tímido como él. Parecía ser la sombra de su hermano, siempre detrás de los logros y virtudes del mayor; aunque en su interior mantenía oculta cierta admiración por él.
Durante el último viaje que Andrés realizó, visitó la provincia de Salta y quedó enamorado de un pueblo del valle, llamado Campo Quijano. El lugar brindaba calidez y tranquilidad; oficiaba de puente entre él y la naturaleza… era un sitio donde conectarse con el centro mismo de su ser, con sus inquietudes más profundas y sus pensamientos más puros.
El camino de regreso fue largo y le permitió reflexionar al viajero acerca de sus experiencias y de su vida en general. Fue entonces cuando decidió escribir un libro donde pudiera volcar sus saberes acerca de lo que el consideraba virtudes de la vida, y las huellas que, paradójicamente, el camino recorrido había dejado en él.
Ya de regreso en Buenos Aires y “cocinando” su libro, el hijo mayor pensaba cuál era la idea principal que quería transmitir a través de sus palabras. En ese momento advirtió que a las vivencias que pretendía contar, aún les faltaba un paso muy importante… porque entre viaje y viaje, había descuidado su mayor tesoro: su hermano menor, quien había crecido con él y compartido toda su niñez, a pesar de sus diferencias, y a quien quería como a nadie en el mundo. Fue entonces que descubrió lo que él realmente quería enseñar a quienes lean su libro… porque advirtió que durante todos sus viajes algo en su corazón le provocaba un vacío, como si él marchara, pero su esencia quedara en su lugar de origen. Entonces encontró el verdadero significado de su caminar, y recordando algún viejo texto, pensó: andarás miles de senderos, pero vayas donde vayas, nunca olvides que allí donde esté tu tesoro, también estará tu corazón.
Andrés y Eduardo no parecían hermanos. Tal vez por su aspecto físico tan diferente; quizás porque sus personalidades no coincidían en lo más mínimo. Era como si hubiesen decidido mutuamente separarse el uno del otro, dejar de pertenecer a la misma familia… y lo hacían muy bien: ya no coincidían en sus preferencias, ya no frecuentaban los mismos lugares como, cuando niños, sus padres los llevaban de paseo. Preferían permanecer distanciados, como si cada uno de ellos no pudiera realizarse en presencia del otro.
Al igual que su padre, Andrés adoraba viajar. Cada verano pasaba semanas recorriendo ciudades, conociendo diferentes culturas, soñando despierto durante cada nueva experiencia, encontrando interesante aprender de los demás y anhelando poder regresar y comunicar a quienes se habían quedado acerca de la riqueza que reside en la diversidad de personas, costumbres, paisajes.
Eduardo, por el contrario, detestaba socializar con otra gente. Durante sus vacaciones prefería quedarse encerrado escuchando música, actividad comprensible cuando quien la practica es alguien tan tímido como él. Parecía ser la sombra de su hermano, siempre detrás de los logros y virtudes del mayor; aunque en su interior mantenía oculta cierta admiración por él.
Durante el último viaje que Andrés realizó, visitó la provincia de Salta y quedó enamorado de un pueblo del valle, llamado Campo Quijano. El lugar brindaba calidez y tranquilidad; oficiaba de puente entre él y la naturaleza… era un sitio donde conectarse con el centro mismo de su ser, con sus inquietudes más profundas y sus pensamientos más puros.
El camino de regreso fue largo y le permitió reflexionar al viajero acerca de sus experiencias y de su vida en general. Fue entonces cuando decidió escribir un libro donde pudiera volcar sus saberes acerca de lo que el consideraba virtudes de la vida, y las huellas que, paradójicamente, el camino recorrido había dejado en él.
Ya de regreso en Buenos Aires y “cocinando” su libro, el hijo mayor pensaba cuál era la idea principal que quería transmitir a través de sus palabras. En ese momento advirtió que a las vivencias que pretendía contar, aún les faltaba un paso muy importante… porque entre viaje y viaje, había descuidado su mayor tesoro: su hermano menor, quien había crecido con él y compartido toda su niñez, a pesar de sus diferencias, y a quien quería como a nadie en el mundo. Fue entonces que descubrió lo que él realmente quería enseñar a quienes lean su libro… porque advirtió que durante todos sus viajes algo en su corazón le provocaba un vacío, como si él marchara, pero su esencia quedara en su lugar de origen. Entonces encontró el verdadero significado de su caminar, y recordando algún viejo texto, pensó: andarás miles de senderos, pero vayas donde vayas, nunca olvides que allí donde esté tu tesoro, también estará tu corazón.
lunes, 12 de abril de 2010
¿Qué aprende aquella persona que lee este libro?
Andrés era amante de la lectura, y leía de forma activa mutuamente como Eduardo que le recomendó un libro.
-Andrés tengo un libro en casa y quiero que lo leas –le dijo por teléfono Eduardo. El amigo ansioso fue en busca de la lectura asignada
Este libro era largo, pero a la vez comprensible e interesante, Andrés tenia dos lugares donde leía y los elegía porque estaba en presencia de la naturaleza uno era el puente y el otro el campo Quijano.
- Eduardo una tarde visita a su amigo y le pregunta,-¿Qué te pareció lo que recomendé?
- Andrés con una gran sonrisa le responde: -pude aprender a transmitir lo que esta plasmado en las hojas del libro, es decir, a socializar y comunicar a otras personas mi experiencia como lector. Eduardo esta satisfecho por el logro de su amigo, y exclama –me alegro por vos se lo que significa la lectura en tu vida.
- Andrés: yo he leído mucho y variado, pero este libro me hizo reflexionar y lograr encarar la lectura de otra manera y esto te lo debo a vos Eduardo.
Andrés era amante de la lectura, y leía de forma activa mutuamente como Eduardo que le recomendó un libro.
-Andrés tengo un libro en casa y quiero que lo leas –le dijo por teléfono Eduardo. El amigo ansioso fue en busca de la lectura asignada
Este libro era largo, pero a la vez comprensible e interesante, Andrés tenia dos lugares donde leía y los elegía porque estaba en presencia de la naturaleza uno era el puente y el otro el campo Quijano.
- Eduardo una tarde visita a su amigo y le pregunta,-¿Qué te pareció lo que recomendé?
- Andrés con una gran sonrisa le responde: -pude aprender a transmitir lo que esta plasmado en las hojas del libro, es decir, a socializar y comunicar a otras personas mi experiencia como lector. Eduardo esta satisfecho por el logro de su amigo, y exclama –me alegro por vos se lo que significa la lectura en tu vida.
- Andrés: yo he leído mucho y variado, pero este libro me hizo reflexionar y lograr encarar la lectura de otra manera y esto te lo debo a vos Eduardo.
¿Qué se esconde detras de la lectura?
Los materiales que dispongo para realizar el texto son:
-Socializar
-Comunicar
-Aprender
-Mutuamente
-En presencia de
- De foma activa
-Largo
-Interesante
-Comprensible
-Puente
-Persona
-Libro
-Campo Quijano
-Andrés
-Eduardo
-Socializar
-Comunicar
-Aprender
-Mutuamente
-En presencia de
- De foma activa
-Largo
-Interesante
-Comprensible
-Puente
-Persona
-Libro
-Campo Quijano
-Andrés
-Eduardo
domingo, 4 de abril de 2010
Con los años
Durante mi infancia prefería escuchar los cuentos que los adultos me leían, poniendo especial atención a las ilustraciones que aparecían en los libros, por sobre su contenido literario. Durante la escuela primaria mi relación con la lectura se limitaba a cumplir con los deberes que me encomendaban los docentes, es por eso que no lo encontraba interesante y mucho menos placentero.
A partir de la secundaria descubrí un gran interés por las disciplinas que en sus textos estudian problemáticas que forman parte de los seres humanos y su relación con la sociedad, como la psicología y la sociología, advirtiendo en la lectura una herramienta para comprender la actualidad. Es por eso que al momento de discernir entre un texto ficticio y uno que comprometa la realidad, me inclino por este último, ya que me resulta más interesante la utilización de un escrito como un instrumento que despierte en el lector nuevas inquietudes y necesidades, es decir, que no quede sólo en palabras, sino que promueva el pensamiento y la acción.
A partir de la secundaria descubrí un gran interés por las disciplinas que en sus textos estudian problemáticas que forman parte de los seres humanos y su relación con la sociedad, como la psicología y la sociología, advirtiendo en la lectura una herramienta para comprender la actualidad. Es por eso que al momento de discernir entre un texto ficticio y uno que comprometa la realidad, me inclino por este último, ya que me resulta más interesante la utilización de un escrito como un instrumento que despierte en el lector nuevas inquietudes y necesidades, es decir, que no quede sólo en palabras, sino que promueva el pensamiento y la acción.
El inicio
Soy Mauricio Rossiter, estudiante de la carrera Ciencias de la Comunicación. Opté por inscribirme a ella debido a la orientación que tuve en la secundaria, donde cursé materias humanísticas, que guardan una importante relación con la carrera, generándome un gran interés.
Cuando decidí cursar el Taller de Expresión, no tenia demasiado claro en qué consistía la materia, pero en el transcurso de las clases y teniendo en cuenta los objetivos planteados por la cátedra, mi propósito es fortalecer y ampliar la escritura, y así también la expresión en general.
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